La crisis del Festival de Angoulême se intensifica con nuevas dimisiones
El Festival Internacional del Cómic de Angoulême enfrenta una nueva escalada en su crisis interna tras la renuncia de su director artístico Nicolas Finet, quien abandonó el cargo apenas nueve meses después de su nombramiento. Esta salida se produce en un contexto de tensiones crecientes con la dirección general del evento y sigue a la polémica dimisión anterior de la directora artística adjunta Céline Roux, creando un vacío de liderazgo crítico justo cuando comenzaba la preparación de la próxima edición. La situación refleja profundas diferencias sobre la orientación artística y la gestión del festival más importante del cómic en Europa.
Fricciones artísticas y desacuerdos estratégicos
Las tensiones que llevaron a la dimisión de Finet giran en torno a desacuerdos fundamentales sobre la programación y la visión del festival. Según fuentes cercanas al equipo directivo, existían conflictos respecto al equilibrio entre el cómic tradicional y las nuevas tendencias gráficas, así como desavenencias en la estrategia de invitación de autores internacionales. La dirección general habría presionado por un enfoque más comercial mientras el equipo artístico defendía una línea más arriesgada y vanguardista, un choque de filosofías que terminó por hacer insostenible la continuidad del director artístico.
Impacto inmediato en la organización
La salida de Finet deja al festival en una posición extremadamente delicada a menos de un año de su próxima edición, con la planificación central paralizada y numerosos compromisos con autores y editores pendientes de confirmación. El comité de dirección se enfrenta ahora al desafío de encontrar un sustituto capaz de unificar criterios en tiempo récord, mientras debe lidiar con el descontento manifestado por parte de la comunidad de profesionales del cómic, que observa con preocupación la inestabilidad recurrente en la cúpula directiva de un evento que consideran fundamental para la industria.
Justo cuando pensábamos que el festival había superado lo peor de su crisis, demuestran que en el mundo del cómic también se pueden escribir guiones con giros argumentales dignos de los mejores thriller políticos, donde los personajes principales parecen tener más movilidad que las viñetas de una historieta.