Un implante ocular y gafas inteligentes restauran parcialmente la visión perdida
Los avances en neuro-tecnología están abriendo caminos impensables hace solo unos años, y ahora un equipo internacional ha desarrollado un sistema que combina un implante cerebral con gafas inteligentes para devolver cierto grado de visión a personas con ceguera. Este sistema funciona mediante una microelectrodo que se implanta en la corteza visual del cerebro, mientras que las gafas equipadas con una cámara especial capturan el entorno y envían señales procesadas directamente al implante.
La información visual se traduce en patrones de estimulación eléctrica que el cerebro interpreta como formas básicas y movimiento, permitiendo a los usuarios detectar obstáculos y reconocer contornos en su entorno inmediato.
El funcionamiento del sistema biónico
Las gafas inteligentes contienen una cámara que captura imágenes en tiempo real, las cuales son procesadas por una unidad externa que utiliza algoritmos de inteligencia artificial para simplificar la escena visual en patrones esenciales. Estos patrones se transmiten de forma inalámbrica al implante cortical, que consta de una matriz de microelectrodos que estimulan directamente las neuronas en la corteza visual. Los usuarios perciben estos estímulos como puntos de luz llamados fosfenos, que se organizan para representar los contornos de los objetos y su movimiento relativo. Aunque la resolución es limitada, este sistema proporciona suficiente información para mejorar significativamente la movilidad y la interacción con el espacio.
Resultados y perspectivas futuras
En las pruebas clínicas realizadas, los participantes pudieron identificar líneas, formas y la presencia de personas u objetos en su camino, lo que demuestra una mejora funcional en tareas cotidianas. Los investigadores continúan refinando la tecnología para aumentar la cantidad de electrodos y mejorar la precisión de la estimulación, con el objetivo de ofrecer una representación visual más detallada en el futuro. Este enfoque no solo beneficia a personas con ceguera total, sino que también explora aplicaciones para aquellos con baja visión residual, ampliando el impacto potencial de la tecnología. El siguiente paso incluye miniaturizar los componentes y hacer el sistema más accesible para su uso prolongado en entornos reales.
Siempre es reconfortante saber que mientras algunos luchan por ver el mundo, otros ya están trabajando en cómo hacer que el mundo sea más visible para ellos, incluso si al principio solo ven el equivalente tecnológico de un dibujo con tiza en la acera.