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Historias urbanas -o de campo
Hola. Anoche cenamos con unos amigos y como de costumbre, aparecen los recuerdos. Uno de ellos, contó una vieja historia suya que ya conocíamos, pero que el no se cansa de contar. El hecho es que después de que le sucediese a él, les sucedió a otras personas más lo cual lo transformó y algo más, como decirlo, ¿creíble? El polaco (así lo apodamos a mi amigo por su ascendencia, a mí me dicen el gallego el tano, y así es la cosa por aquí) era compañero mío cuando estudiábamos fotografía. Una noche, en que volvíamos muy tarde con nuestros equipos a nuestras casas, yo tomé el colectivo (bus o autobús, no sé cómo le dicen allí afuera) que me llevaba a mi casa y el polaco se quedó esperando el que debería llevarlo a la suya. El tema es que su colectivo, era de lo más parecido a un antibiótico, con forma de capsula, rojo, línea blanca al medio y se lo tomaba cada 8 horas, la cuestión es que se clavó como una hora hasta que llegó. Lo vio venir muy despacio y lleno de luces muy brillantes, parecía adornado con luces de fluorescente. Se sienta en el último asiento, y comienza a mirar por la ventanilla. Pasan los minutos y le empieza a llamar la atención algunos detalles. Había 7 personas contando al chófer y sin contarse el mismo. Todas, parecían congeladas mirando hacia adelante. Había una pareja que en los 15 minutos que duró el viaje, no se dirigieron la palabra ni se movieron. Había una señora con un niño de unos 5 años y el niño parecía congelado también, al llegar al puente del río (que separa la ciudad de Buenos Aires con la provincia de Buenos Aires) el colectivo se detiene y las puertas se abren. El chófer apaga el motor y abre las puertas. Todos se empiezan a bajar, el polaco no entendía nada. Faltaban como 10 km para llegar después de cruzar el puente, bueno (pensó), se descompuso el colectivo. Cruzó el puente a pie, era una linda noche, y justo a mitad del puente, ve venir oro colectivo. Corre y lo alcanza. Le pregunta al chófer que le había pasado al anterior que se quedó atrás y este dijo que no sabía porque el que venía detrás como a 30 minutos después, no había visto el otro colectivo detenido. El polaco tampoco vio a ninguno de los pasajeros que abandonara el anterior colectivo (cosa que sería natural pues reanudarían el viaje), al otro día, la madre del polaco, le preguntó porque había llegado tan tarde, y le cuenta que, durante la tarde de ese día, mientras nosotros estábamos aislados del mundo en un laboratorio hasta la madrugada un 148 (la línea que el usaba para viajar) había caído al río y murieron 7 personas incluido el chófer y un niño de 6 años. Este suceso, se repitió varias veces más a otras personas durante unos años. Dicen que dejó de pasar, cuando en los 90, el gobierno de la ciudad decidió limpiar el río de dónde sacaron el colectivo.
Cuenten sus historias, a mí me encanta (aunque no creo un soto de todo esto, para mí el polaco se fumó algo y no convidó). Saludos.
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Pues esta es una que viví en carne propia y aclaro, no me meto porque rías, bueno, cigarrillos por montones, pero no alucinógenos.
Me contrataron en una empresa ubicada en la isla de margarita, yo apenas había estado de vacaciones en la isla en una ocasión, como es lógico no conocía a nadie y menos sabía cuáles eran los mejores sectores para vivir. Lo cierto es que, una persona del trabajo (el gordo) me ofreció alojarme mientras yo buscaba un buen departamento, también se lo ofreció a otro empleado (Javier) que llegó el mismo día que yo. Total, nos fuimos los 2 a vivir a la casa del gordo. Esta persona (el gordo) es un santero, como muchos de aquí. Esta es una creencia religiosa en la que según la fecha de nacimiento del individuo y otras cosas más, se le asigna un anima o espíritu de algún guerrero de las ya desaparecidas tribus autóctonas de la zona. Según sus creencias esta anima pasa a ser el dios personal del individuo y este lo puede utilizar para hacer bendiciones o maleficios y por cada favor que le haga el espíritu, la persona debe pagarle con tributos (comida, dinero, sacrificios animales, etc), bueno como esto es muy normal en las personas de las provincias (casi no se ve en las ciudades), uno se acostumbra y no nos parecía nada extraño ver al gordo en sus cesiones espirituales. Total que al cabo de un tiempo Javier me empieza a decir que las veces que está solo en el departamento escucha golpes en las paredes que dan a la fachada, yo no le creía mucho hasta que en una oportunidad las escuchamos, tanto en la pared de la fachada como en la del baño, que era el sitio donde el puso el altar y figuras y demás estupideces.
Total que le comentamos eso al gordo y el nos dijo que era porque su espíritu no se sentía complacido con nosotros (creo que aquí comenzó mi sugestión). Una noche que el gordo salió a una party y nos quedamos Javier y yo solos en el departamento. (no piensen mal), me acosté en la cama y me quede viendo el resplandor de las velas que se colaba por debajo de la puerta del baño, al cabo de un rato empecé a ver todo negro, lo único que destacaba era el resplandor de las velas, segundos después empecé a ver 2 pares de pies que se acercaban hacia mí, seguido de un frío que me hacía temblar, de repente sentí que alguien me agarro por detrás como si me estuviese haciendo una llave de judo en los brazos mientras seguía viendo los 2 pares de pies frente a mi cama, aparte de los pies no se veía más nada, solo los pies y todo el resto era completamente negro. En ese momento escuché una voz que me decía ven con nosotros, a lo que yo respondía negativamente y esta situación se repitió por varios minutos, mientras más me negaba más me apretaban los brazos, luego súbitamente todo desapareció, y lo que más me asombró fue ver a Javier parado en la puerta de mi habitación totalmente petrificado. Entre mi estupor de lo acontecido y ver la reacción de mi amigo, entré en una especie de shock. Cuando logré recuperarme, Javier me comenta que al escuchar mis gritos se acercó a mi habitación y se asombró al verme arrodillado en la cama con los brazos cruzados hacia atrás (hacia mi espalda) y sacudiéndome como si quisiera escapar de alguien, según él, no pudo entrar a mi habitación ya que, quedo como paralizado y solo se pudo mover cuando yo reaccione, según la explicación del gordo, fue que ha el se le olvidó poner unas ofrendas y por eso el espíritu salió en busca de esa ofrenda, al no encontrarla decidió tomar un alma (la mía) con la ayuda de dos espíritus más (según para llevarse un alma deben ser mínimo 3 espíritus). Según el gordo si yo hubiese aceptado ir, hubiese amanecido muerto.
Como cura para que no volviese a pasar, el gordo ponía todas las noches un vaso con agua y yerbas al lado de mi cama y la de mi amigo, el vaso amanecía todas las mañanas vacío y eso que yo trataba de no dormirme para ver si era el quién lo vaciaba, pero siempre terminaba durmiéndome, en definitiva, más nunca escuchamos los ruidos en las paredes y claro, Javier y yo nos mudamos como a las dos semanas del suceso, bueno este fue mi x-files y lo más raro es que soy completamente ateo, no crea en ningún ser superior y nada de esas tonterías, biblia, corán, dios, buda, etc. Para mí solo fue un mal sueño, digo una terrible pesadilla y lo de Javier pudo ser un fenómeno de histeria colectiva, al verme retorciéndome en la cama y como ya estaba sugestionado por los ruidos le aumento su sugestión a nivel inconsciente y creyó ver algo que nunca sucedió, ahora si fue porque entraron tipos y me violaron, entonces no me gustó nada el asunto, debe ser que por eso veía negro, o será que veía al negro. Saludos y espero leer más historias de la dimensión desconocida.
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Me estoy quedando alucinado, menos mal que estoy leyendo esto por la mañana, que, si lo llego a leer anoche, no hubiera podido dormir.
Os cuento algo que me contó un amigo mío de Valladolid hace algún tiempo. Como la historia de Morpheus o de Askelmar, bien podría ser el fruto de una noche de fumada colectiva o algo, pero demos el beneficio de la duda, a este amigo mío, Jorge, le gustan mucho los temas paranormales. Tiene más o menos mi edad, le gusta la música heavy y, sobre todo, practicar la ouija. Una noche, el y su primo Eduardo entablaron conversación con (supuestamente) Satán. Dicen los expertos en el tema que es el interlocutor más accesible, y no era la primera vez que Jorge y Eduardo contactaban con este ente (insisto, supuestamente). Dialogaron un rato, y Jorge dijo que lo tenían que dejar, que se marchaban a una discoteca, y dijeron en tono de broma al maligno que si se iba con ellos a la disco. Él dijo que ya nos veremos por allí. Estos dos pillaron los trastos y marcharon a la discoteca. Llegaron allí, y después de estar un rato bailando, Eduardo dijo que tenía que ir al baño, marchó, y cuando volvió, lo hizo con la cara blanca. Vaya, Eduardo, ¿estás bien? Ve y entra en los servicios. Jorge fue para, allá, entró, voy a un váter de estos de pared, se subió la cremallera, y cuando se dió la vuelta, vio ha alguien sentado en una taza del váter. Llevaba sombrero y gabardina, y no sé le veía el rostro. Jorge se quedó mirando, y entonces el desconocido dijo ¿Qué te pasa? ¿es que ya no me reconoces? Jorge tomó del brazo a Eduardo cuando volvió a la pista, y ambos salieron por patas de allí.
Otro expediente x para añadir a la lista. Vaya, ¿cómo me gustan estas historias (aunque sean desagradables para quién las sufrió). Saludos paranormales.
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Muy interesantes las historias. Yo tengo cientos de grabaciones de la rosa de los vientos en (*.mp3) y pocos episodios de expediente x me he perdido.
Curiosamente estos fenómenos paranormales siempre les ocurren a los que creen en ellos. Yo llevo toda la vida deseando ver un ovni o algún fenómeno extraño y nunca lo consigo, por mucho que lo intente, siempre tiene que venir mi lado racional y fastidiarme la fiesta.
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Pues sí, muy interesantes todas las historias. Realmente dan ganas de encender una fogata en medio del campo y ponernos ahí todos a contar historias, a mí me gustan estos temas, sobre todo porque me entretienen, aunque como dice Mikimoto me encantaría ver alguna vez algo extraño, pero supongo que, mi lado racional me lo impide. En cualquier caso, pienso que siempre hay que darle el beneficio de la duda a estas historias. Yo escucho en el trabajo a través de internet programas como milenio 3 www.ikerjimenez.com y programas de la rosa de los vientos y, aunque cueste creer todo eso que cuentan no deja de entretenerme cuando me aburro en el trabajo.
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Cita:
Siempre tiene que venir mi lado racional y fastidiarme la fiesta.
¿hay un lado no racional?
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¿Alguno sabéis que son las psicofonías? Pues cuando yo oigo una mi lado racional se acojona bastante. Ese fenómeno es real y no sé sabe de dónde viene, cuando me pongo a pensar en ello mi lado racional se colapsa.
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Mikimoto, sigue estos consejos extraídos de la guía del tío IkerClon para ser abducido, para poder ver un extraterrestre.
1.- Al igual que los machos son atraídos por las hembras, y viceversa (hablo de la tradición), los extraterrestres se ven atraídos extraordinariamente por catetos, marujas beatas y demás fauna ibérica, así que, hazte con una boina, te la pones en la cabeza y sal al campo a dar unos paseos. La boina actúa como amplificador de ondas catetas, que son como el cebo para los extraterrestres. Yo lo probé, me subieron a su nave, me hicieron de todo, y mira, así me quedé. Puedo garantizar (y tengo fotografías) de que yo antes escuchaba camela y dj pasti, conducía un Ibiza amarillo con pegatinas de España y del Toro de Osborne, curraba de machaca en una fábrica, y tenía una novia rubia platino que estaba jamona que no veas. Como digo, un chico normal.
2.- Si te es posible, ingiera una cantidad sobrenatural de alcohol antes del paseo, o incluso sustancias alucinógenas. Sabes que en el monte hay muchas setas y tal. Sólo se vive una vez, así que, todas las que veas, para adentro. Así, si alien no baja a recogerte, tú subirás para verte con el (y con remolinos de colores, y submarinos amarillos).
3.- No olvides este punto, que es muy importante: para aumentar tu credibilidad muchos enteros, tienes que hacer acto de presencia en los magazines culturales de la televisión nacional, a saber: el diario de patricia, a tu lado, el programa de Ana rosa, de la campos, Crónicas Marcianas, del cual se rumorea que se llama así ya que, la embajada de marte en la tierra suministra la fauna que puebla el plató (sí, es que algo marcianos sí que son y, sobre todo, lunáticos). Si a eso le sumas un vestuario extravagante, extraños tics que atestigüen tu abducción, y algún fetiche (pirámide-piedra, peluche cósmico, yogur caducado con poderes de curación), créeme que tarde o temprano, ellos volverán para llevarte con ellos para siempre. Hasta el fin de los días. Un saludo-dim-da-du-dum.
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Muy bueno tus consejos IkerClon. No estoy tan de acuerdo con eso de racional o no racional. Las cosas pasan. El tema es que casi siempre hay una explicación lógica, pero la gente toma la que es más fácil. Pero hay veces en que te suceden cosas raras, a mí me han sucedido varias, pero simplemente las ignoré.
Durante muchos años y hasta mediados del siglo XX la gente del campo, hablaba de ciertas luces fantasmales que se podían ver en el campo de noche, muchos, al estar en un pueblo vecino, se negaban a volver a sus casas pues tenían que atravesar el campo y seguramente verían una de esas cosas brillantes que según la creencia eran luces de Satán (mandinga, como los gauchos le decían a Satán), atravesar el campo en aquellos tiempos en que la pampa no tenía dueño (hoy en día es patrimonio de varios terratenientes) no era poca cosa. Cuando hablo de pueblo vecino, me refiero a un pueblo de por ahí, con suerte estaba a una o dos horas a caballo. Imagínense a la pampa como un territorio un poco más grande que Francia, absolutamente llano, donde solo se ven vacas, pasto y lagunas. En toda esa extensión, en cada pueblo que salpicaba esa geografía, todos alguna vez habían visto las luces malas. ¿saben que resultaron ser? Los huesos de animales muertos (principalmente vacas) que contienen un compuesto con abundante fósforo y que iluminaba tenue y fantasmal la noche a la luz de la luna.
Cuenten historias. Saludos.
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Vaya, los famosos fuegos fatuos. También pasaba en los cementerios de antes, cuando se enterraban a los difuntos en tierra. Sí, es un proceso químico procedente de la descomposición, no sé exactamente. Imagínate que vez algo así sin tener ni pajolera idea en un cementerio de esos con las lapidas semienterradas y las cruces torcidas, durante la noche. Qué puedes pensar.
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Si se llaman fatuos tienen que oler a muerte.
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Son flatulencias, las emanaciones gaseosas de las que hablas, no flatulencias.
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Bueno, aunque igual tienes razón en que las flatulencias tengan un cierto olor a podrido.
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Yo no creo que Manuel de falla haya compuesto su famosa canción del fuego fatuo inspirado en flatulencias u otras emanaciones de un ser vivo.
De todas maneras, creo que no me expliqué bien cuál es la intención de mi propuesta, y de esta manera no hay variedad de historias.
No importa si la situación extraña o curiosa les ha sucedido o no ha alguno uno de ustedes. Tampoco importa si es a alguien cercano. En todos los países del mundo. En cada ciudad o pueblo de esas ciudades, no importa la religión ni nada de eso. Siempre hay historias típicas o leyendas, si les pasó a ustedes o un amigo mejor. Si no es así no importa. Piensen cuantas ideas pueden surgir para un guión de la mezcla o la inspiración de tantas historias de tantos lugares. Saludos.
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Es una idea muy interesante la que propones Askelmar.
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¿Os gusta leer historias extrañas? Ahí tenéis: http://www.ikerjimenez.com/viejo_archivo.htm.
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Rafito, en cristiano que no te entiendo.
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Hace poco pedí al círculo de lectores un libro de IkerClon Jiménez (esas veces que no sabes que pedir y eliges casi al azar), me lo leí sin demasiadas esperanzas (esperaba algo tendencioso e ingenuo), pero el resultado me satisfizo mucho, ha hecho labores de investigación que ya quisieran para sí algunos periodistas serios.
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Pues no sé si contarlo, pero una que me tocó muy de cerca, muy de cerca, mi viejo murió cuando yo tenía quince años (mi hermana tenía diez), mi hermana no sabía que mi padre iba a morir, pero de pronto, una noche tuvo un desmayo. En ese desmayo vio que mi padre se iba en coche con un Ángel (un poco raro lo del coche, pero era una niña). Al poco vino mi tía diciendo que mi padre había muerto.
Como comprenderéis, no me apetece nada coñear con el tema, por lo que la veracidad de lo que os cuento la podéis dar por segura. Aunque siempre podría ser una hola. No se puede descartar, la verdad. Saludos.
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Yo me identifico con tu relato, Vector, mis abuelas murieron, casualmente, con dos días de diferencia el mismo año, vaya semana todavía me acuerdo (1983). Pues un día antes de la muerte de la primera soñé con las dos (dos sueños distintos). En el sueño me hablaban cariñosamente como si se despidieran, aunque realmente no decían nada, o por lo menos nunca he recordado si había palabras en el sueño. Tenían la cara cubierta con una especie de crema o base de maquillaje. Lo peor es que luego del sueño presentía lo que iba a pasar, mi madre pasó por lo mismo cuando murió su padre, pero fue más radical. En su sueño ocurrió todo exactamente como sucedería tiempo después en el momento de la muerte de mi abuelo. Por supuesto, no le comenté nada hasta después del desenlace. Un saludo de Shazam.
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Bueno yo tengo una historia, me la contó mi abuela y así empieza: antes de morir mi abuelo tenía como un enemigo (sobre esa persona no me contó mi abuela), pero lo que si me acuerdo muy bien fue que cuando mi abuelo muriera, su enemigo moriría en donde esté. Un día que mi abuelo llego de madrugada después de haber tocado en una peña de lima, se dio un baño y luego se metió así con el cuerpo aun mojado (llego de la calle con el cuerpo caliente y se metió diferente a la ducha) al día siguiente mi abuela lo quería despertar y no pudo nunca más. A los días posteriores de la muerte de mi abuelo, mi abuela se enteró de que su enemigo murió estando en el baño (supuestamente había ido a sentarse en el inodoro y meditar un rato, bueno ya saben ustedes a lo que fue) y ahí murió. Nunca le pregunte a mi abuela quién fue su enemigo, pero se odiaban creo a muerte. Saludos desde Perú. Posdata: mama aun sigo teniendo miedo.
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Bien, yo voy a contar una historia de estas. Se parece a la de Vector, solo que no me afecta tan de cerca en lo personal y mi opinión sobre el tema es diferente. Era principio de curso, no llevábamos ni dos días, teníamos un profesor nuevo ese año en antropología y que resultó ser muy majo, nos cayó bien a todos y parecía que iba a ser un año interesante. Un jueves salimos a última hora de su clase e íbamos andando hacia la puerta de la facultad mientras conversábamos con el profesor, a la salida estaba su mujer y sus dos hijas, ¿cómo era su primer año de profesor habían querido darle una sorpresa y habían venido a recogerlo. Al día siguiente nos enteramos de que le había dado un infarto al corazón y que nos traerían a un profesor sustituto. Uno de mis compañeros dijo que lo había soñado y claro, fue el centro de atención el resto del día. Hasta el día de hoy tengo amigos que siguen creyendo lo que dijo, yo todavía no he encontrado un motivo para siquiera considerarlo. En este caso está claro, la credibilidad de este tipo se reduce a cero porque lo dijo con posterioridad a que le dijeran que había muerto. En el caso de Vector la cosa cambia, la secuencia de eventos parece otorgarle credibilidad. Pero dudo, permitírmelo, dudo de la veracidad de este tipo de historias, de absolutamente todas. Si el papa es capaz de decir que escrivá de balaguer realizó milagros, que no será capaz de decir la gente.
No acuso a nadie de mentiroso, las razones para que surjan estas historias son muchas (recuerdos deformados, percepción del tiempo distorsionado, situaciones de estrés que desvirtúan la percepción). Lo que no quita para que el componente morboso sea suficiente para perpetuarlas. En el caso de los sueños, la duda aumenta. Personas que han pasado por situaciones extremas (supervivientes de terremotos, rescatados en alta mar). Despiertan en el hospital y cuando les relatan los hechos, dicen que no es posible, que han tenido un sueño exactamente igual a lo que le han contado, pero que no pasó realmente. Cuando aceptan que lo ocurrido no fue un sueño es cuando les llega el shock postraumático, muchas de esas personas sufren el shock porque en su odisea particular realizan acciones tan alejadas de su yo habitual que les sorprende sobremanera.
También es curioso como algunas historias, originadas aparentemente en lugares muy distintos son plagios las unas de las otras en las que solo cambian los detalles locales. Es un tema que ocupa a muchos antropólogos, ¿dónde se originaron? ¿son realmente imaginarias? ¿cómo se propagan?
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Sobre abuelos. En el barrio donde nací y me crié, teníamos una barra de amigos con los cuales nos conocíamos prácticamente desde que nacimos (con dos de ellos seguimos viéndonos aún). Justo en la esquina de mi casa, vivía uno de ellos. Néstor.
Néstor tenía un abuelo que era toda una institución y con el que, a pesar de sus 85 años, nos reíamos y éramos cómplices. El viejo, se escapaba vuelta y media y se gastaba su jugosa jubilación que recibía del gobierno español (creo que por la guerra civil), mujeres de la calle mientras que su hija (la madre de néstor) se enloquecía buscándolo como si fuese un chico. Historias como estas de don berges hay a montones. Una tarde de sábado, teniendo todos nosotros ya unos 19 años, estábamos esperando en la esquina, conversando mientras esperábamos que néstor llegase de la facultad y así planear donde ir y que hacer esa noche. Para sintetizar, continúo con que resultó que don berges tuvo un infarto y lo tuvieron que llevar de urgencia a internar. Toda la familia estaba en el hospital así que, la madre de néstor nos pidió que esperáramos allí y lo pongamos sobre la noticia cuando néstor llegase.
Como buenos adolescentes tontos que éramos (cabe aclarar que solo dejamos de ser adolescentes). Nos colgamos mal y fuimos a buscar no sé que cosa a la casa de uno de nosotros.
Cuando nos acordamos de la situación volvimos corriendo, mientras corríamos vemos el auto de néstor estacionando en la puerta, néstor baja y entra a su casa. Llegamos a su puerta, tocamos timbre y sale a recibirnos.
Néstor. ¿Qué tal che? ¿cómo están? Me retrase porque lleve a un compañero hasta su casa. ¿Qué onda? ¿Qué hacemos hoy? Nos miramos entre nosotros indecisos hasta que Abel se decide a hablar mientras entrabamos a la casa detrás de néstor, bueno. Néstor, mira, a tu abuelo le paso algo y lo tuvieron que internar.
Néstor se da vuelta sonriendo y dice.
Néstor -. ¿qué? Denle che. Déjense de y díganme que hacemos hoy o piénsenlo mientras me doy una ducha.
Fernando, para loco. Estamos hablando en serio. No vez que no hay nadie en tu casa.
Néstor miren. Si es una joda que organizaron con mi abuelo les está saliendo mal o el los está jodiendo a ustedes también porque se olvidó de esconderse y está en el fondo sentado en su hamaca fumando, ni bien entré a casa como no vi a nadie, fui al fondo y ahí estaba.
Nos miramos todos y yo que, si bien no era el más valiente si era el más ateo y descreído, fui al fondo y vi la hamaca columpiarse como si alguien hubiese estado allí hacia poco. Volví y le pregunté a néstor quién seguía discutiendo con los demás.
Daniel, dime una cosa ¿vos hablaste con tu abuelo cuando llegaste? Néstor si. Lo saludé y el me dijo que preparara unos mates. La cuestión es que después de unos minutos y situaciones confusas, néstor se convenció de la situación y en su Citroen, salimos todos para el hospital de adrogue donde seguramente estaría pues es el hospital que le correspondía por zona, néstor no dejaba de repetir: pero si yo lo vi y hablé con él.
No tardamos en encontrar a toda la familia de néstor. Un drama cómo se pueden imaginar. Estaban tíos, primas y primos de néstor y uno de ellos nos contó que lo tuvieron que revivir como tres veces y que dijeron que si tenía otro infarto ya no sobreviviría. Estuvo clínicamente muerto demasiado tiempo y los médicos no se explican cómo logró zafar. Estaba en terapia intensiva y en un descuido de las enfermeras, entramos tres de nosotros a verlo (solo podía entrar uno). El viejo estaba con los ojos cerrados, unos caños en su nariz y cables por todos lados. De pronto abre los ojos. Néstor se acerca y el viejo le murmura algo que no logramos entender porque habló en catalán (don berges era catalán y siempre hablaba en ese idioma con dos de sus nietos y sus hijos). Néstor se pone blanco y se incorpora despacio mirando a su abuelo que esbozaba su típica sonrisa pícara mientras cerraba los ojos otra vez.
Cuando salimos de allí antes de que una enfermera o médico nos encuentre. Néstor estaba mudo y pálido. Le preguntamos entonces que le había dicho su abuelo, y néstor nos dice.
¿Saben qué? Me habló en catalán, algo así como si yo les dijera a ustedes: parece que no salió bien ¿no? (un gran susto te diste ¿no?), sacando cuentas después, el momento en que el viejo estuvo clínicamente muerto fueron unos minutos una aproximadamente entre las 17 y 17:15 horas dando como hola, que era el momento en que néstor lo vio fumando en la hamaca del parque de su casa. ¿fue la última broma de don berges? Don berges murió tres horas después, dicen que antes de morir sus últimas palabras fueron. Qué bonito culo tiene la doctora. (esto es una broma que siempre hacen sus nietos a causa de la picardía que el viejo tenía en vida). Que viva don berges este donde este, lo que sí es seguro que donde esté debe estar haciendo de las suyas. Saludos.
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Aunque comparto el escepticismo de Mesh y considero que muchas de estas historias pueden deberse a falsos recuerdos o a interpretaciones subliminales del ambiente en que vivimos, también rompo una lanza a favor del ¿y por qué ¿no? Sólo hay que tener en cuenta que el órgano más complejo del planeta tierra es el cerebro humano (bueno, el de algunos). Funcionamos a base de impulsos eléctricos y campos magnéticos y aún no tenemos ni remota idea de cómo procesamos interiormente nuestras vidas. Quién sabe si realmente podemos usar la fuerza. Espeluznantes vuestras historias. No dudo de su veracidad (es decir, una cosa es un hoax o un meme propagado a través del tiempo y otra cosa es algo que se vive en carnes propias o cercanas), aunque sí pongo en tela de juicio las causas que produjeron esas situaciones.
Digamos que tengo al Mulder y a la Scully al 50%. Un saludo, a este paso no duermo esta noche.
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Ama, sigo teniendo más. Posdata: hoy día ganamos a los españoles (arriba Perú).
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La Sayona. Esta aparición materializada en la figura de una mujer delgada, alta, de uñas largas y muy elegante, es considerada como una señal castigadora y reprobatoria de la mala conducta e infidelidades cometidas por los hombres. Esta leyenda originaria de los llanos (llanuras del interior de Venezuela, donde se dedican a la cría de ganado), data de la época colonial, sin embargo, hoy en día, todavía se escuchan cuentos de personas asegurando que han sido interceptados en algún camino por esta gélida y espantosa mujer. Un habitante del regalo (población al sur del estado apure), haciendo referencia a su encuentro con la Sayona, nos contó que una noche cuando su esposa dormía, se escapó para visitar a su amante. En medio de su caminata, se sorprendió al ver que dicha mujer venía a su encuentro, pero caminaba tambaleante y su cabello era muy largo. El hombre empezó a correr detrás de ella, pero al llegar a la puerta de la casa en donde vivía la mujer, ésta siguió de largo. El hombre extrañado. Pero bueno, ¿Qué pasa?
Cuando volteó, se encontró con una mujer blanca y con los dientes como un hacha. El hombre salió corriendo y cuando llegó a la puerta de su casa, se encontró con la aparición nuevamente. Esta le extendió los brazos para estrecharlo, y así lo hizo.
Cuando el hombre logró soltarse, entró a su casa y oyó la voz de su comadre que le preguntaba.
¿Compadre, y que le pasó? Y éste le contestó. Qué buen susto comadre, dígame, salí un momento a orinar afuera y me salió esa mujer.
Mire compadre, esa es la Sayona. ¿no será que usted tiene cosas con otra mujer? Cuídese, yo que le digo. El hombre asegura que después de esta experiencia -aunque fue hace mucho tiempo, nunca más le quedaron ganas de volver a ser infiel a su mujer.
Otras versiones dicen que la intención de la Sayona es atraer a los hombres hasta el cementerio, sin que estos puedan verle el rostro, con la intención de aterrorizarlos al descubrir que han estado caminando en compañía de una calavera. La Sayona tiene la particularidad de desdoblarse, esto quiere decir que puede presentarse como un perro, un lobo o como la mujer antes descrita, así que, si eres uno de esos hombres, que disfrutas pensando que puedes tener varias mujeres, no te descuides, porque puede que un día de estos la Sayona decida hacerte una visita. Saludos.
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Los Ceretones. Existen varias versiones que hacen referencia a quiénes son los Ceretones. La primera versión de esta leyenda proveniente del estado falcón, dice que son hombres vampiros invisibles que se cuelan por las ventanas de las casas a altas horas de la noche, para raptar niños y chuparles la sangre. La segunda culpa a los leprosos, quiénes, para purificar su cuerpo con sangre nueva, la extraen de los más jóvenes. La tercera se basa en la creencia de que sólo son espíritus malos o almas en pena, según Luis Arturo Domínguez, investigador especializado en temas de folclore venezolano el origen de los Ceretones, tiene que ver con un rito, más que con cualquier historia de horror y ficción.
La persona que pretende ser ceretón -afirma- Ha de someterse a ciertas ceremonias en donde un médico hechicero le impone cosas para lograr la iniciación. ¿y luego que ocurre?
Después, el iniciado tiene que ir a las doce de la noche a una encrucijada. Allí se revuelca en el suelo, invoca al maligno y queda convertido en un ceretón. Inmediatamente se dirigirá a la orilla de un pozo. Se desnudará y colocará su ropa, al pie de un árbol. Luego rezará la oración de san cipriano, al revés, el credo o cualquier otra oración, y concluida ésta, marchará en dirección a la casa en la cual desea hacer de las suyas, invisible ya para los no iniciados.
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Esta es la última historia por hoy. Espero que la disfruten. Espíritu vagabundo por matar a sus padres. Después de asesinar a su padre, el hombre fue castigado con un mandador de pescuezo (típico del llano), al tratar de huir fue mordido por un perro turco, para concluir el castigo su abuelo regó sobre sus heridas gran cantidad de ajo picante. El recuerdo y mención de lo sucedido libra a las personas de ser atacadas por este espíritu errante conocido como el silbón. El silbón se presenta a los borrachos en forma sombrío. Otros llaneros le dan forma de hombre alto, flaco, usa sombrero y ataca a los hombres parranderos y borrachos, a los cuales chupa el ombligo para tomar el aguardiente. La tradición explica que, al llegar el silbón a una casa en las horas nocturnas, descarga el saco y cuenta un a uno los huesos, si no hay quién pueda escucharlo, un miembro de la familia muere al amanecer.
Otra versión dice que fue un hijo que mato a su padre para comerle sus asaduras. El muchacho fue criado toñeco (mimado), no respetaba a nadie. Un día le dijo a su padre que quería comer vísceras de venado. Su padre se fue de cacería para complacerlo, pero tardaba en regresar. En vista de esto el muchacho se fue a buscarlo y al ver que no traía nada, no había podido cazar el venado, lo mato, le saco las vísceras y se las llevó a su madre para que las cocinara. Como no se ablandaban, la madre sospechó que eran las asaduras de su marido, preguntándole al muchacho, quién confesó la verdad.
De inmediato lo maldijo para toda la vida. Su hermano Juan lo persiguió con un mandador, le sonó una tapara de ají y le azuzó el perro turco que hasta el fin del mundo lo persigue y le muerde los talones.
Tomado de la tradición y el mito a la literatura llanera - Temis Perea pedroza. Pintura de norberto sanabria. Quiero destacar que yo, Morpheus 007, no creo todas las historias, pero me entretienen. Una vez, estando en el llano se me ocurrió escuchar la versión narrada por un famoso locutor de radio de Venezuela. Déjeme decirles que escuchar esta historia del silbón en pleno llano venezolano, donde la única luz que tienes es la de la luna y en la noche lo único que escuchas son ruidos de animales extraños para un citadino, es una tremenda estupidez. Esa noche tuve pesadillas como nunca en mi vida, si alguien quiere escuchar la versión narrada. Haz click aquí. Deben escucharlo cuando se acuesten es sus tibias camas y con la luz apagada -recomendado. Saludos terroríficos.
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Historias urbanas -o de campo
Culpa mía esto de ser trasnochador insomne y tener que leer esto de noche, solo. (porque no me conectare a la mañana). Bueno yo tengo algunas, aunque son medías pavas.
Tenía unos 17 años, (hace 10 años) hacia 3 años que había comenzado a fumar (tabaco nada más, puro Philip Morris), pero por distintas indirectas de mis padres, convenía fumar fuera de la casa, para no dejar olor a humo, y para no incrustarme el puño en el orto de castigo también. La cosa es que, a cierta hora de la noche, 3 o 4 de la madrugada, solía apagar todas las luces, e iva al patio a fumarme el último cigarrillo del día, me sentaba en medio de la oscuridad, en el borde de una pileta y fumaba. Al lado de mi casa, se encuentra otra casa que también es de nuestra propiedad, y que en aquel entonces estaba vacía, vivían las tías de mi vieja, las cuales habían muerto hace poco. Los dos patios están separados por una pared de ladrillo bastante vieja y destruida, de esas que uno puede ver del otro lado por entre los ladrillos.
Mientras fumaba, comienzo a sentir un ruido del otro lado de la pared, en el patio de la casa del lado, ruido a hojas, ramas, como si alguien caminara lentamente. Primer pensamiento racional: un gato, obviamente, me quede quieto escuchando curiosamente el ruido, esperando ver la cabezota peluda del gato asomándose por algún agujero de la pared, mi perra, (si Askelmar, mi perra), raza ratonera, bien chiquita, la veía en la oscuridad ya que, es blanca, se acerca a la pared y comienza a espiar el patio vecino por un agujero, veo que, mira hacia todos lados, y de repente, se centra en algo, deja quieta la cabeza a su misma altura, para las orejas, y (esto me comenzó a generar dudas) comienza a mover la cola (es una de esas perras que ladran hasta si suena el teléfono). Teniendo en cuenta que, si hubiese sido un gato, mi perra hubiese ladrado como loca, me comencé a preocupar. Segundo pensamiento racional: uno de esos amigos de lo ajeno se me metió en el patio, y yo con toda la casa abierta. Con la idea de que era un ladrón, supuse que a lo mejor no me había visto allí sentado, ya que, yo estaba en silencio y a oscuras, así que, con el mayor de los cuidados me levanté lentamente y comencé a caminar hacia la puerta. Y de repente, de entre medio de la oscuridad del patio del lado, escuche un murmuro, una voz que hablaba muy bajo, pero con un timbre de voz muy alto, como si fuera un niño el que hablaba, me quede helado unos segundos, como pensando si realmente lo que había escuchado era la voz de alguien, hojas que se rozan, alguna rama, el viento que sopla, no sé, cualquier cosa menos una voz. Al segundo, otra vez el murmuro, y esta vez se escuchó: ahí está, está fumando, era una voz de niño, como alegre, y bastante claro se escuchó.
Tercer pensamiento racional: no hubo, me di vuelta bastante alterado y la vi a mi perra que seguía moviendo la cola alegremente. En dos segundos entré a casa, cerré las puertas, prendí todas las luces de casa, y en medio del ataque de pánico que tenía, me quede pensando en cuanto la envidiaba a mi perra, que parecía que eso que estaba en el patio del lado, le caía bastante simpático.
Moraleja: gracias a dios ya fumo dentro de casa.
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Historias urbanas -o de campo
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Lean y no me digan si no hay material para un guión o varios, precisamente esas historias son mis preferidas, las que la creencia popular arrastró desde tiempos inmemoriales y lo mejor de todo es que quizás la trama se haya ajustado según el tiempo y el consumidor. En este caso no me importa si son creíbles o no, si resisten análisis lógicos o no. Yo soy más ateo que una puerta. Pero me gusta escuchar estas historias y sé que en cada país hay muchas, es solo cuestión de ponerse a teclear un poco.
Dorthweb. Esos hongos que crecen en las sierras de Córdoba no son comestibles. Ya te lo expliqué.
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Historias urbanas -o de campo
Muy buenas todas las historias, me encantan, es muy entretenido. Y es muy curioso comprobar como si le preguntas a cualquier persona siempre tiene alguna historia de este tipo para contar y, aunque me resulta difícil creer en algo que no sea de carne y hueso, tampoco me parece descabellado pensar en que, si somos 6000 millones de seres humanos y a todos nos ha ocurrido una historia de ese tipo, por pura estadística alguna tiene que ser cierta. ¿no? A mí una vez, y mi hermano es testigo, una muñeca de unos 70 centímetros de altura que por lo visto había sido de mi madre y que teníamos en nuestra habitación puedo asegurar que me guiñó el ojo, y no, no iba ni borracho ni fumado, por supuesto que pienso en que fue una hola, por lo que fuera el muelle del ojo se aflojó y se cerró y luego se volvió a abrir, pero que nos acojonamos ya lo creo, además menudo descanso cuando pintamos el piso y esa muñeca se fue a la basura.
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Historias urbanas -o de campo
Iba a decir que yo no tengo ninguna, pero acabo de recordar que no es verdad. Lo que pasa es que, sucedió cuando era un crío y seguro que la explicación era una tontería. Ahí va. La historia pasó hace dieciséis años o así. Al lado de mi casa, en mí pueblo (un pueblecito de montaña en el que viví durante mis primeros 6 años y que ahora sólo visitamos en vacaciones desde la muerte de mi abuela) hay una casa que, como la mayoría de las del pueblo, es muy antigua. En esa casa hay una escalera que es bastante estrecha y empinada, tanto que su primer piso coincidía casi con el segundo de la mía. Al acabar las escaleras hay dos puertas, una a cada lado del rellano (a derecha y a izquierda).
Como es de construcción antigua toda ella tiene un aire muy tétrico (puertas de madera muy gruesa y muy adornada, escaleras encaladas con escalones de mármol oscuro, etc). El caso es que en la puerta de la izquierda sabía que vivía una señora mayor, amiga de nuestra familia (y a la que, por cierto, yo le caía muy bien, como les pasa a todas las mujeres conmigo). Pero en la puerta de la derecha no vivía nadie (o al menos que yo supiera). Esta señora en realidad era de Barcelona o tarragona y sólo venía de vez en cuando, también para veranear, así que, la mayor parte del tiempo estaba desocupada, a los que recuerden cómo era la vida hace 16 años en un pueblo tranquilo, sabrán que muchas puertas se dejaban sin cerrar. Total, nunca pasaba nada. Así que, la puerta de la calle solía quedarse abierta, bueno, hasta aquí la descripción del lugar. Yo era un mequetrefe de seis años que jugaba con algunos amigos del pueblo en mí empinada calle. Normalmente jugábamos a cosas que no exigieran una pelota, puesto que corría mucho peligro de quedarse encalada en los miles de balcones y casas abandonadas que había alrededor de la mía o, en el mejor de los casos, había que correr varias calles abajo hasta alcanzar la pelota y eso era cuando menos peligroso (o engorroso para aquella mentalidad sin miedo a nada), así que, algunos de esos juegos eran, por ejemplo, el escondite. Solíamos escondernos en los (por aquella época escasos) coches aparcados en la calle, o en los portales, o en alguna calle cercana (bueno, ya sabéis cómo va eso). El caso es que una de las veces me dió por meterme en las escaleras de ese piso (si no recuerdo mal, junto con otro amiguete), aprovechando que la puerta estaba abierta, subimos hasta dónde estaban las puertas y nos quedamos un rato allí esperando, porque parecía que era un buen sitio y que no nos encontraban. Para hacer tiempo, nos dio por husmear por debajo de las puertas, aunque sabíamos que no habría nada y que no se vería nada. Primero miramos un poco por debajo de la de la izquierda, donde vivía esa señora. Como había dejado las ventanas cerradas apenas entraba luz por las rendijas de madera y no sé distinguía nada. Pero por la otra puerta, como no vivía nadie ni siquiera tenía las vastas persianas de madera que se estilaban por aquella época, así que, aprovechamos la claridad que se insinuaba por debajo de la rendija para ver si se veía algo.
Imaginaros el respingo que dimos cuando por esa rendija de luz pasó una sombra rápida. Salimos por patas de la escalera.
Claro, luego te paras a pensar y dices pues puede ser desde algún gato (que abundan en Eslida, y por aquél entonces aún más) que se haya colado, o alguna rata, o alguna cortina que esté ondeando por alguna rendija, o incluso que nos hayamos sugestionado con la fantasía del sitio (no sé si el otro colega lo vio o simplemente salió pitando porque yo salí pitando). Pero, en fin, ésa es mi historia, que me habéis forzado a recordar. Un saludo tenebroso.
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Historias urbanas -o de campo
Yo tengo una historia. 20 de septiembre de 1993, acaba la gira de verano, mi amigo manolo, teclista del grupo y yo vamos en un Mazda 626 a casa después de un montón de días tocando en las verbenas de toda España, son las 8 o las 9 de la mañana y acabamos de dejar atrás arganda del rey, ya pronto comenzará la autovía y el viaje será más relajado. Por fin la ansiada autovía, carril de aceleración, dos camiones grandes ante nosotros, manolo acelera el Mazda sin dudarlo y bruscamente se lanza a adelantar, nada más salir de detrás de los camiones manolo se percata de su gran error, esto no es aún la autovía nos dice a gritos el morro de un autobús a pocos metros de nosotros.
Colisionamos frontalmente, todo se hace confuso durante un incierto período de tiempo, el Mazda se detiene destrozado, el autobús cae por un terraplén de 15 metros, mueren 6 personas hay muchos heridos. Los bomberos sacan a mi amigo manolo del coche y lo llevan a un hospital de Madrid donde muere tres días después. Yo no sufrí ningún daño, ni siquiera se me rompió un medallón de barro que llevaba al cuello, ni un corte, ni un moratón. Pero ahora os voy a contar lo realmente espeluznante de la historia.
Cuando estábamos ante el autobús manolo giró el coche a la izquierda intentando colarse por el arcén de ese lado, pero luego decidió girar a la derecha para meterse entre los camiones y el autobús, pensó que si no cabíamos por el arcén yo me llevaría todo el impacto y decidió darme una oportunidad metiéndose por la derecha del bus, yo me colé por ese hueco salvando la vida y el recibió en su cuerpo el impacto completo, ahora meteros en ese Mazda y pensad ¿Qué haríais vosotros? ¿a la izquierda y la ostia que se la lleve el copiloto? ¿o a la derecha y la ostia me la llevo yo salvando al copiloto?
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Comparto con Askelmar el que a mí también me gusten esas historias que yo llamo, verídicas (por todo lo contrario, evidentemente, soy de lo más escéptica), pero al mismo tiempo no descarto total y absolutamente nada, en mucho porque me gusta abstraerme e imaginar que hay algo más de lo que vemos y tocamos, aunque no me lo crea hago el esfuerzo de creérmelo, aunque sea un poco. En esto pongo mucho empeño y, sobre todo después de una cena, en lugar apropiado, con velas y a poder ser en invierno a la lumbre de una chimenea, con amigos, tiene que haber un attrezzo, un entorno, en fin, se deben de dar las circunstancias para creer más, una buena noche, es la de los difuntos. A mí concretamente, me resulta muy divertido. Esos momentos, se convierten en mágicos y misteriosos. Luego, se enciende la luz, se acaba el misterio, nos despertamos de vuelta a la realidad y punto y que nos quiten lo bailado. Pues echa la pequeña introducción paso a contar la historia verídica que recuerdo más me impactó de niña.
Como recordaréis muchos, hará unos veintitantos años, más o menos, era frecuente que hubiera apagones, además apagones de los que duran y era normal que en cada casa hubiera velas, por si acaso. Era también normal que los niños anduviéramos en la calle a nuestro sin niñeras, madres y demás añadidos. Un día de invierno estando con los niños del barrio de al lado, que eran famosos por sus historias verídicas, se produjo un apagón. El apagón era el detonante para que se pusieran en marcha todos los mecanismos suficientes para que todos contásemos nuestra particular historia verídica, de manera que, si no llegaba la luz, a ver quién era el majo que se atrevía a volver solo a casa. En una de esas fue cuando nuestra amiga desiré contó una de las suyas. Desiré era una niña que había quedado huérfana de padre recientemente, hablamos de una niña de unos 8 o 9 años, por tanto, ella, la pobre, decía que veía la sombra e imagen de su padre en todas partes, detrás de su madre, en su cama, etc. Vamos que, parecía hasta cotidiano, todos los días comentaba algo. Aquel día nos contó algo, si cabe, bastante más extraordinario de lo cotidiano y relacionado por supuesto con su padre. Ella se encargaba todos los días de bajar la basura. Un día de invierno y de vuelta a su casa de estos menesteres oyó un ruido que con el trajín del subir las escaleras no pudo distinguir que podría ser, así que, se paró a oírlo mejor. El ruido provenía de las escaleras y del anterior descansillo, es decir del piso de abajo y era como su fueran cadenas arrastrándose por el suelo. Además, se acercaban muy rápidamente, así que, se desencadenó en ella ese instinto que tenemos todos, que nos dice que algo raro pasa y que nos pone en alerta. Efectivamente, delante de ella apareció el horror de unos antebrazos ensangrentados y encadenados que iban trepando por la escalera en busca de ella, para atraparla y llevársela, según ella, a algún tipo de infierno que la esperaba. Ella como no gritó hasta creer que le salía la garganta por la boca y corrió como alma que lleva el diablo escaleras arriba, teniendo la suerte de que su madre como la oyó había abierto la puerta pudiéndose ella refugiar en casa antes de ser atrapada por las horribles manos. Por supuesto que cuando le preguntamos todos si su madre vio las temibles manos, ella asintió. En aquel momento yo quedé impactada hasta tal punto que bueno, ¿cómo narices iva a ir a casa. El caso está en que finalmente, evidentemente, tuve que volver a casa y lo hice, que creo, que en aquel momento batí el récord de 800 metros lisos y subí las escalera de mi casa que estaba en un tercer piso de esos de los que bien Mars, de escaleras empinadas y demás, no sé cómo, volando o algo así, cuando llegué a casa creía que se me salía el corazón por la boca, de verdad, lo malo era, que de vez en cuando me acordaba de la historia y bueno a pesar de que finalmente no me la creía, me sugestionaba intencionadamente y terminaba dándome igual miedo.
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Vaya historia Siquier. No creo que esa pregunta pueda ser contestada por alguien.
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Eso sí que da miedo y no las historias anteriores, lamento mucho lo de tu amigo, y vaya, está claro que era un gran amigo para optar por llevarse el golpe, que duro es eso. Yo me hago 1000 km a la semana para ir a trabajar y he visto muchos accidentes, además yo también he sufrido dos, aunque sin consecuencias graves por suerte. Esa es la eterna película de terror de todos los días, la gente que muere en la carretera. En mi segundo accidente puedo asegurar que me vi muerto, por suerte y no sé todavía como conseguí enderezar el coche y lo que parecía que iba a terminar dando vueltas de campana acabó simplemente en un susto, porque, aunque me salí de la carretera conseguí mantener el coche con las cuatro ruedas pegadas al asfalto, aunque hubo un momento en que la carretera yo la veía por mi ventanilla, iba completamente de lado, derrapando y noté como el coche durante unos instantes fue a dos ruedas, hice el contra volante y entonces el coche giró bruscamente hacia el otro lado, di un par de tumbos de un lado a otro y entonces me salí hacia un terreno llano por el lado contrario al que yo circulaba, cuando salí del coche y me di cuenta de lo que había ocurrido me eché a temblar, el caso es que todo comenzó cuando iba por una carretera entre los pueblos de Ibiza y castalla, en la provincia de Alicante, y yo venía de trabajar en Alcoy hace ya tres años, y precisamente por esa carretera hacía tiempo que yo no pasaba y era de noche. Allí, en el tramo que me salí siempre había habido una gran recta de varios km, yo confiado veía a los coches que venían de frente al final de la recta, y al estar oscuro pues yo comencé a acelerar porque esa recta siempre había estado ahí y el efecto visual de coches viniendo de frente hacía que esa recta se intuyese, pero obviamente a oscuras no se veía, mi sorpresa fue cuando iba a unos 110 km/hora con mi anterior coche (Ford fiesta del 98) y de repente me encontré una gran pared de tierra y una curva sin señalizar la cual días posteriores comprobé que era una barbaridad tomarla a más de 40, ahí comenzó el derrape, intentando no sé cómo de librarme de una buena ostia segura, y bueno ocurrió todo lo que he dicho más arriba. Aún hoy me estremezco, es inevitable no sentir miedo al darte cuenta de que sin saber muy bien por que salvé mi vida, y claro, por la misma regla de tres ahora podría estar muerto, o tetrapléjico, aquel día pensé que o bien tuve mucha suerte y controlé el coche por pura hola o bien en ese momento el Ángel de la guarda de Carlos sainz se apiadó de mí, así que, ya sabéis, mucho cuidado con el coche y, sobre todo nunca deis por sentado que esa carretera por la vais es como vosotros creéis o recordáis. Posdata: después de aquello, había pasado un año más o menos y fui a casa de un amigo a jugar a un juego de coches de la Playstation 2 (gran turismo), os aseguro que me puse a jugar y cuando llegué a una curva y frené brusco y el coche empezó a derrapar y a hacer ese ruido de goma arrastrando en asfalto solté el mando, me acojoné y rápidamente volvió a mi cabeza aquel momento de la recta de castalla, eso se graba en la mente para siempre.
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Historias urbanas -o de campo
Vaya, Siquier eso es muy triste. Qué haría uno en su lugar, quién sabe, no es de esas cosas que de tiempo a pensar racionalmente, supongo que, en esos momentos nos surge el instinto reptiliano. Por cierto, (perdón por el offtopic), hoy me bajé las canciones que tienes en tu sección de música y me han gustado mucho, son entre Mike Oldfield y similares, supongo que, una extensión musical del estilo Siquier. Un saludo a todos, sobre todo a Cristina.
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Historias urbanas -o de campo
Ese misterio del que bien Siquier es de los que me gustan, el misterio de la ética. ¿Qué habría hecho yo? Ni idea, pero tampoco me obsesiona responder a esa pregunta. Lo que me pregunto es sí, llegado el momento, mi ética se sobrepondrá al miedo y pensando de una manera racional buscaré una solución a un problema que te enfrenta a la muerte. Lo usual ante esto es el pánico, una reacción por la que no se puede culpar al que la sufre, pero hay gente capaz de seguir siendo ellos mismos y razonar de manera clara ante situaciones de estrés. Responder esa pregunta sería responder a otra ¿quién soy yo? ¿cómo soy como persona? Pues tampoco lo sé, solo me ocupo de intentar tomar la decisión correcta en el momento decisivo. Todos los días de mi vida.
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No se trata de historias que den miedo Ferriz. Yo, después de haber conocido a mi suegra prácticamente no creo que haya nada más horrible y espantoso, así que, estoy curado de espanto, yo propuse este mensaje para que se relataran historias extrañas. Esas que suceden, pero que uno no puede creer. Que seguramente tendrán una explicación lógica, pero cómo no está ninguna disponible, el común de la gente lo atribuye a cosas sobrenaturales o esotéricas. Nuestros antepasados remotos cuando veía rayos y truenos pensaban en furia de dioses y no en balances electro dinámicos, muchos hoy en día, prefieren el camino corto de la explicación esotérica, religiosa o sobrenatural ante la ausencia de algo lógico, y lo más triste de todo es que hay una cantidad mayor aún, que, teniendo una cultura medianamente buena, creen en explicaciones de ese tipo, Siquier. Lamento mucho lo que le pasó a tu amigo. Yo sé en carne propia lo que es la muerte inesperada de un amigo y estar ahí al lado sin poder hacer nada. Así que, permíteme compartir tu dolor. Pero con todo respeto. Si tu amigo falleció en el accidente ¿cómo sabes que su maniobra fue para inmolarse a cambio tuyo o si fue producto de la desesperación dando lugar a un azar del destino? Es solo una curiosidad. No dudo de la grandeza de tu amigo, pero ya sabes, la pregunta surge en uno aún a riesgo de quedar mal. Saludos.