DeepSeek sacude a OpenAI y acelera su blindaje interno
En enero de 2025, DeepSeek lanzó su chatbot gratuito y, en cuestión de días, desbancó a ChatGPT del primer lugar en la App Store de EE. UU. El impacto fue inmediato, tanto que incluso afectó el valor de mercado de NVIDIA. Esto no solo sorprendió al público, también hizo saltar las alarmas dentro de OpenAI, que pronto acusó a la startup china de usar modelos cerrados para entrenar su alternativa de código abierto. Según Financial Times, había indicios de un proceso de destilación que comprometía su propiedad intelectual.
Revisión total y seguridad a otro nivel
Desde entonces, OpenAI no se ha quedado de brazos cruzados. La empresa inició una auditoría interna completa, revisó sus protocolos y reforzó su seguridad de forma significativa. El concepto de espionaje corporativo dejó de sonar a ciencia ficción para convertirse en una preocupación diaria. Para el equipo de seguridad, el episodio marcó un antes y un después.
Tecnología literalmente bajo llave
Entre las nuevas medidas destaca el aislamiento de tecnología crítica en entornos fuera de línea, desconectados de sus redes principales. Además, se han implementado accesos biométricos en oficinas y centros de datos, y se aplica una política de salida denegada por defecto. Esto significa que ningún dato sensible, como los pesos de los modelos, puede salir sin una aprobación explícita. Nada de copiar y pegar a una USB por error.
El futuro ya no es tan predecible
Este blindaje llega justo cuando todos esperan la llegada de GPT5, pero también en un momento donde la competencia no da tregua. Meta ha comenzado a pagar sumas altísimas para atraer talento, y otros actores como Anthropic o xAI no se quedan atrás. OpenAI sabe que ya no es la única fuerza dominante, y que proteger sus activos no es paranoia, sino supervivencia.
Porque nada te da tanta confianza en tu equipo como ponerle un lector de iris a la nevera de los helados.
Al final, lo que más ha cambiado en OpenAI no es solo la infraestructura, sino la mentalidad. Ahora todo se monitorea, se revisa y se guarda bajo siete llaves. Si antes el problema era que nadie entendía cómo funcionaba el modelo, ahora el verdadero desafío es que nadie logre sacarlo sin permiso.