1 Archivos adjunto(s)
Cuando el Doctor Extraño pierde su magia
Si eres fan de los cómics del Doctor Extraño, seguramente ya te habrás dado cuenta de que la cosa no va por el mejor camino. En este quinto tomo, esa sensación de serie perdida sigue más presente que nunca. Tras la salida de Steve Ditko, que fue quien dotó de identidad y atmósfera a las primeras aventuras, lo que nos queda ahora parece más un intento de mantener al personaje en circulación que un proyecto con verdadera intención creativa.
Una sucesión de historias sin alma
Abrimos el tomo justo donde terminó el anterior, con un enfrentamiento entre Stephen Extraño y el Tribunal Viviente. La misión, rescatar a Victoria Bentley, un personaje que intenta ser compañera habitual del Doctor, pero que nunca termina de despegar. La trama sigue con el típico duelo contra Barón Mordo y la aparición de Nebulos, una criatura extradimensional que tampoco deja huella. Y por si esto fuera poco, se incorpora un villano nuevo, Yandroth. Imagina al reverso científico del Hechicero Supremo... pero enfrentándolo a un robot, en una historia que encajaría mejor en una serie de Iron Man que en la del Maestro de las Artes Místicas.
De lo místico a lo rutinario
Lo que antes eran viajes oníricos por dimensiones imposibles, ahora se reduce a peleas físicas y resolución de conflictos casi de manual. El Doctor Extraño ya no explora realidades alternativas o conceptos filosóficos, sino que se limita a lanzar hechizos como quien lanza combos en un videojuego. La magia, en vez de sentirse como una fuerza misteriosa, parece una herramienta de combate más, como el escudo del Capitán América o las redes de Spider-Man.
Una transición a la espera de tiempos mejores
En este volumen también vemos el cambio editorial que vivió Marvel a finales de los años 60. Strange Tales se transforma en la serie propia de Doctor Strange, mientras Nick Furia se va por su lado. Y para estrenar esa nueva etapa... volvemos al origen del personaje, contado otra vez por Roy Thomas y Dan Adkins, pero sin la chispa ni el impacto de la versión original de Ditko.
Este tomo es como aplicar un shader plano a un modelo 3D que antes tenía texturas, iluminación y postprocesado con cariño. Funciona, pero le falta alma. Si Ditko le daba a Doctor Extraño un render con ray tracing emocional, aquí nos quedamos con un viewport en modo wireframe. Y claro... así no hay quien sienta la magia.