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El virus de la ira regresa 28 años después
Han pasado casi tres décadas desde que el mundo vio por primera vez el caos del virus de la ira, y ahora, en 28 Years Later, la historia da un nuevo giro. Esta vez, la infección ha mutado y se vuelve aún más letal, rápida y difícil de contener. Aaron Taylor-Johnson se une al reparto con un papel que promete ser tan intenso como emocional. El actor comenta que este proyecto lo atrapa desde el primer momento, por el tono oscuro y la profundidad emocional que exige cada escena.
Una secuela hecha para estremecer
El equipo de producción no se queda atrás. Para lograr esa atmósfera apocalíptica que define la saga, se apoya en entornos digitales hiperrealistas creados con herramientas como Blender para modelado y Houdini para efectos complejos de destrucción, niebla y multitudes infectadas. La iluminación y el render final se trabajan con motores como Redshift y Unreal Engine, que permiten crear tomas con un nivel cinematográfico que mete al espectador en medio del desastre.
Terror con precisión digital
Cada rincón devastado, cada reflejo en una máscara antigás, y cada gota de sangre digital tienen un propósito narrativo. Los entornos 3D ayudan a construir un mundo roto, pero familiar, donde lo humano se mezcla con lo salvaje. Y todo sin que el espectador piense en si eso es real o generado por computadora, porque la integración está pensada al detalle.
¿Y después de todo esto? Pues... sigue el virus
Si pensabas que tras tantos años ya estarían preparados, piénsalo otra vez. Parece que los gobiernos no aprendieron nada, y los infectados corren ahora más rápido que tu tarjeta gráfica cuando renderizas una simulación de partículas a 4K. Pero al menos, visualmente, da gusto ver cómo se desmorona todo con tanta calidad.
Efectos especiales al ritmo de 28 Years Later
La nueva entrega de la saga, 28 Years Later, combina tradición y tecnología de un modo sorprendente. El veterano Danny Boyle rinde homenaje al estilo casero del 28 Days Later original rodado con videocámara digital, usando ahora un rig de hasta 20 iPhones para capturar escenas clave con narrativa visual innovadora. Este enfoque moderno mantiene vivo el legado digital de la saga, adaptándolo al presente.
Una bala en el tiempo moderna y panorámica
Boyle describe su rig como un bullet time de bolsillo. Con hasta 20 iPhones disparando en semicírculo, creó una secuencia en 180 grados que permite elegir distintos ángulos en edición y generar escenas de violencia impactante de forma dinámica.
Formato extremo, tensión visual máxima
La película también apuesta por un formato ultra panorámico de 2.76:1, similar al de una película 70 mm, expandiendo el campo visual y reforzando la sensación de que la amenaza puede surgir desde cualquier rincón. Este encuadre amplía la tensión cinematográfica, obligando al espectador a escanear constantemente la pantalla.
Detalles técnicos y sentido narrativo
La elección del iPhone no fue solo estética, ya que permitió movilidad y agilidad en locaciones remotas como la salvaje Northumbria. Aunque presentó desafíos, como estabilización automática que complicaba el tracking en postproducción, el equipo lo resolvió con soluciones flexibles en el pipeline.
Es irónico que lo que comenzó como un efecto casero de bajo presupuesto, la videocámara miniDV del primer 28 Days Later, se ha convertido en lujo digital moderno gracias al móvil del bolsillo. Solo que esta vez, los móviles disparan 20 veces más.
Lo que Adam Gascoyne aporta a la serie tras tres décadas
Adam Gascoyne, cofundador de Union VFX y supervisor de efectos visuales en 28 Years Later, regresa con Danny Boyle, retomando una colaboración que comenzó en 28 Days Later. En esta nueva entrega, Gascoyne lidera la supervisión general de más de 900 planos de VFX, asegurándose de que los efectos apoyen la narrativa, los personajes y la atmósfera sin robar presencia al rodaje físico.
Desafíos de escala y técnica
Uno de los grandes retos del equipo fue la secuencia de la Causeway, la calzada que conecta la isla segura con el continente. Se compone de 130 planos, la mayoría completamente en CG, con un efecto de cielo lleno de auroras y una bandada de más de 10 000 aves CG. También se extendió artificialmente el agua, se integró neblina y vegetación marina, y se trabajó en el glow bioluminiscente en puntos de contacto con el agua, un resultado visual que exige precisión y coordinación entre efectos prácticos, fotografía y VFX digital.
Invisible pero poderoso
El trabajo de Union incluye muchos efectos invisibles, como la limpieza de tomas, extensiones de escenarios, efectos atmosféricos sutiles, integración de animales CG, sangre y esqueletos de tiros, etc. Adam Gascoyne insiste en que estos efectos deben sentirse como parte orgánica del mundo de la película, parte del contexto visual que refuerza la historia sin que parezcan efectos.
Estética, fotografía y dirección de arte
Se filmó en formato ultra-widescreen 2.76:1, con una mezcla de cámaras tradicionales y rigs de iPhone 15 Pro adaptados con lentes cinematográficas, buscando texturas, luz natural y asperezas. Gascoyne trabajó para mantener esa estética cruda y honesta, para que los VFX no sintieran que traicionan la autenticidad visual del rodaje, sino que la acompañen.
Irónico que después de 28 años sin tecnología, uno de los momentos más técnicos sea imaginar que los espectadores no notarán cuántas pantallas de referencia, rigs de cámara y renders nocturnos hubo detrás de esa aurora alienígena tan bonita.