Marvel sobrevivió a los 2000 con más reboots que héroes

Marvel sobrevivió a los 2000 con más reboots que héroes
Al inicio del nuevo milenio, Marvel no era precisamente el titán que es hoy. Más bien, parecía un aspirante a influencer con contenido desordenado y crisis de identidad. Con historias confusas y héroes que parecían en medio de una telenovela interdimensional, la editorial necesitaba una renovación urgente... y con estilo.
Ahí entró en escena Joe Quesada, sin capa pero con una agenda clara: salvar el universo Marvel del colapso narrativo. Y como todo buen estratega, no vino solo. Reunió un escuadrón de guionistas estrella que podrían haber formado una banda de rock alternativo, si no fuera porque preferían escribir sobre tipos en mallas que salvan el mundo cada martes.
La operación rescate y el drama editorial
Con nombres como Bendis, Millar, Brubaker y Morrison al frente, Marvel inició una transformación a lo grande. Las historias pasaron de ser aventuras sueltas a maratones de eventos conectados. Leer un solo cómic ya no bastaba, ahora necesitabas un mapa, una brújula y tal vez un oráculo para no perderte.
El resultado fue una nueva era más madura, más intensa y, por supuesto, con más explosiones por página. Marvel apostó por el drama, el conflicto y el desarrollo profundo de personajes que antes solo sabían lanzar rayos y decir frases épicas.

De la censura al caos existencial
La caída del código de cómics fue como quitarle la correa a un sabueso narrativo. De pronto, los guionistas tuvieron vía libre para mostrar conflictos internos, muertes inesperadas y decisiones cuestionables dignas de un reality show de superhéroes. Algunos fans aplaudieron la madurez; otros solo querían ver a Hulk aplastando sin filosofar.
- Historias más oscuras y arriesgadas
- Eventos que parecían no tener fin
- Guionistas convertidos en celebridades del medio
- Fans debatiendo si todo esto era evolución o caos
Una fórmula que funcionó hasta que dejó de hacerlo
Con tanto éxito, Marvel empezó a confiar ciegamente en su fórmula ganadora. Reboots, crossovers y muertes espectaculares se volvieron rutina. El problema es que lo espectacular, cuando es cotidiano, pierde la chispa. Y así nació una era de amor-odio entre los lectores y sus cómics favoritos.
Marvel siguió creciendo, eso es innegable. Pero también dejó a muchos preguntándose si en algún momento la historia tomaría un respiro. O al menos una pausa publicitaria.
Y como buen héroe en crisis, Marvel aprendió que salvar el mundo es más fácil que ordenar su propia continuidad narrativa... pero al menos nos entretuvo mientras lo intentaba 🦸♂️.