Exprimiendo una semana en marzo.
Bérgamo es considerada como puerta de entrada a Milán, lo cual es bastante injusto. La cittá alta, a la que se puede acceder por medio de un funicular, conserva su urbanismo y arquitectura medievales.
Venecia me decepcionó un poco. Realmente uno no pasea por la orilla de los canales. Más bien cruza barios enteros, salpicados de algunos puentes.
Uno puede llegar desde la estación de santa lucía hasta la plaza de san Marcos sin mirar un mapa ni señal, tan sólo sumergiéndose en la marabunta.
Por la noche carece de una iluminación que resalte el potencial que tiene. No pude dejar de compararla con brujas y gante, y siempre salía perdedora.
Aunque sitios chulos había.
Y otros no tanto.
-- IMÁGENES ADJUNTAS --
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