Un hogar seguro y enriquecido es fundamental para que tu mascota prospere. Esto implica eliminar peligros y ofrecer espacios que satisfagan sus necesidades físicas y mentales. El primer paso es revisar cada habitación desde la perspectiva del animal, identificando riesgos potenciales que para nosotros pasan desapercibidos. Al adaptar el entorno, previenes accidentes y reduces el estrés, lo que se traduce en un compañero más sano y equilibrado.


Elimina los peligros domésticos comunes

Comienza por asegurar productos de limpieza, medicamentos y cualquier sustancia química en armarios altos o con cierre de seguridad. Revisa la lista de plantas de interior y exterior, ya que muchas como los lirios, la dieffenbachia o la hiedra son tóxicas si tu mascota las muerde. Protege cables eléctricos con canaletas y asegura ventanas y balcones con redes o mallas para evitar caídas. Estos cambios simples forman la base de un espacio donde tu animal puede explorar sin riesgos graves.

Diseña zonas de juego y descanso enriquecidas

La seguridad no solo consiste en quitar amenazas, sino también en añadir elementos positivos. Proporciona rascadores altos y estables para gatos, y una variedad de juguetes que puedas rotar para mantener su interés. Para perros, incluye juguetes interactivos que dispensen comida y crea escondites o plataformas elevadas si es posible. Estos elementos permiten que tu mascota exprese conductas naturales como trepar, rascar o buscar, lo que evita el aburrimiento y comportamientos destructivos.

A veces, el mayor peligro es un calcetín perdido que, para tu perro, se convierte en el premio más preciado y, para ti, en una búsqueda desesperada por toda la casa antes del paseo.