El pipeline forense compara marcas de ligadura en piel con objetos sospechosos
La pericia forense actual integra tecnología tridimensional para analizar evidencias físicas. En casos de estrangulamiento, se busca establecer un vínculo material entre una marca en el cuello de la víctima y un objeto hallado en posesión de un sospechoso. El proceso inicia al digitalizar tanto la lesión en la piel como los posibles instrumentos, como cuerdas o cables, para luego buscar una correspondencia única entre sus texturas y formas.
El proceso técnico se basa en tres etapas clave
Primero, se usa un escáner 3D de alta resolución como el Artec Micro para capturar la topografía de la marca en la piel y la superficie de los objetos. Este dispositivo registra con precisión micro-detalles como estrías, hendiduras y patrones de desgaste. Luego, el software de metrología GOM Inspect procesa las nubes de puntos, alinea los modelos en el mismo espacio y realiza un análisis de desviaciones para cuantificar similitudes. Finalmente, Blender ayuda a visualizar los resultados, generando superposiciones claras que un perito puede interpretar.
La correspondencia se establece al superponer los modelos digitales
El análisis compara la huella dejada en el tejido blando con la geometría del objeto sospechoso. Se buscan coincidencias en el patrón de torsión de una cuerda, el relieve de un cable o la hebilla de un cinturón. La piel, al deformarse, registra una impresión negativa de estas características. Al superponer el modelo 3D del objeto sobre el de la marca, el software mide las distancias entre superficies. Una correlación estadísticamente significativa puede indicar que ese objeto en particular pudo causar la lesión, aportando una prueba física objetiva al caso.
A veces, la evidencia más elocuente es un silencioso modelo 3D que grita coincidencia desde cada vértice y textura.
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