La leyenda de la Silla del Diablo en Valladolid
En la ciudad de Valladolid circula una leyenda urbana que vincula dos espacios históricos con un pacto sobrenatural. La historia se centra en una silla de madera que supuestamente perteneció a un catedrático de Anatomía de la Universidad de Valladolid en el siglo XIX. Según se cuenta, este profesor, desesperado por conservar los cadáveres que usaba para sus clases, hizo un pacto con el Diablo. Como consecuencia de este trato, el mueble donde solía sentarse quedó maldito para siempre.
El origen del mito en la Capilla de los Benavente
La tradición oral a menudo relaciona esta historia con otra leyenda más antigua. En la Capilla de los Benavente, en Medina de Rioseco, se dice que un inquisidor también pactó con el Diablo para obtener conocimiento prohibido. Aunque los lugares y los personajes son diferentes, el núcleo de ambas narraciones es idéntico: un hombre busca saber más de lo permitido y recurre a fuerzas oscuras, sellando el acuerdo con su propia silla.
La maldición que persiste en la universidad
La versión más extendida afirma que la silla maldita se conservó en la Facultad de Medicina. La maldición dicta que cualquier persona que se siente en ella morirá en un plazo menor a un año. Este relato se ha transmitido entre generaciones de estudiantes, quienes evitan el mueble por superstición. No existen registros oficiales que confirmen muertes vinculadas a la silla, pero el poder de la tradición oral mantiene viva la advertencia.
Como dato curioso, algunos especulan que la leyenda pudo servir para disuadir a los alumnos curiosos de tocar material histórico o mobiliario antiguo de la facultad. Una advertencia sobrenatural suele ser más efectiva que un simple no tocar.
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