En la localidad leonesa de Boñar, un extenso proyecto turístico y de ocio se detuvo por completo. Lo que se planeó como un gran complejo con instalaciones deportivas, hostelería y un centro para interpretar el medio ambiente, ahora solo muestra estructuras de hormigón a medio construir. Estas ruinas modernas nunca llegaron a funcionar y el bosque las reclama lentamente.


El proyecto buscaba activar la economía local

Las autoridades concibieron este complejo para generar empleo y atraer visitantes a la zona. Incluiría un hotel, apartamentos, piscinas y zonas para practicar deportes de aventura, todo integrado en el entorno natural del Alto Porma. La idea era crear un polo de desarrollo que aprovechara el potencial paisajístico de la montaña leonesa.

Las obras se paralizaron y el lugar se degrada

Tras el inicio de la construcción, los trabajos se interrumpieron definitivamente. Nunca se aclararon del todo los motivos, aunque se suele mencionar problemas de financiación y cambios en las prioridades de las administraciones públicas. El tiempo y los elementos desgastan los esqueletos de los edificios, que se han convertido en un destino para exploradores urbanos y en un símbolo de lo que pudo ser y no fue.

El centro para interpretar la naturaleza ahora sirve para interpretar el fracaso, mientras la maleza escala por las paredes sin ventanas.