Tesla concibe una red global de energía inalámbrica
Nikola Tesla analiza la dependencia actual de los combustibles fósiles y las redes eléctricas que pierden potencia. Percibe estos sistemas como ineficientes y anticuados. Para él, el problema central no es generar más energía, sino distribuirla de forma libre y sin pérdidas. Su mente, acostumbrada a pensar a gran escala, ya formula una solución que trasciende las limitaciones terrestres.
La torre Wardenclyffe como primer prototipo
Considera su famosa torre de Shoreham un simple ensayo, un paso inicial para probar el concepto de transmitir energía sin cables. Este proyecto, que nunca completó por falta de fondos, solo era la semilla. En su visión actual, esa torre demuestra que es posible usar la Tierra como conductor y la atmósfera como medio para transportar electricidad. Este principio es la base para un sistema mucho más ambicioso.
Un sistema final con satélites y la ionosfera
Su plan final implica construir una constelación de satélites especializados. Estos artefactos orbitarían la Tierra para extraer energía directamente del viento solar y de las capas cargadas de la ionosfera. Luego, transmitirían esta energía de forma inalámbrica y dirigida a cualquier punto del planeta. La energía sería abundante, continua y, en su ideal, gratuita para toda la humanidad, lo que volvería obsoletas las redes cableadas y el modelo de negocio de las compañías eléctricas.
Algunos especulan que, de tener éxito, su mayor desafío no sería la ingeniería, sino explicarle a los accionistas de las eléctricas que su negocio se acaba porque un señor con bigote decidió regalar la electricidad desde el espacio.
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