La técnica del primer plano borroso añade profundidad a las fotografías
Esta técnica fotográfica consiste en situar un objeto muy cerca del objetivo para que quede completamente desenfocado. El sujeto principal se enfoca a través de los espacios que deja este elemento cercano. Esto genera un marco natural y una fuerte sensación de tridimensionalidad en la imagen. Se puede usar una planta, un trozo de tela o incluso la propia mano para crear este efecto. El resultado es una fotografía con capas que guía la mirada del espectador hacia el punto de interés.
Cómo implementar este recurso compositivo
Para aplicar esta técnica, necesitas un objetivo que permita enfocar a una distancia muy corta, como un macro o un lente con una distancia mínima de enfoque reducida. Abre el diafragma al máximo para conseguir una profundidad de campo muy limitada. Coloca el objeto que actuará como marco en el primer plano, casi tocando la lente, y asegúrate de que esté fuera de foco. Luego, enfoca al sujeto principal que está detrás, alineándolo con los huecos del primer plano. Experimenta con diferentes texturas y formas en el plano desenfocado para variar el efecto.
El equipo y los ajustes que facilitan el proceso
Aunque se puede intentar con cualquier cámara y objetivo, los mejores resultados se obtienen con lentes luminosos, de focal fija y con buenas capacidades de enfoque cercano. Un objetivo de 50mm f/1.8 es un punto de partida accesible y efectivo. Usar el enfoque manual suele ser más preciso que el automático en estas situaciones. Es crucial usar un trípode si la escena tiene poca luz, ya que al abrir mucho el diafragma la velocidad de obturación será alta, pero cualquier movimiento puede alterar la composición delicada del marco borroso.
Un error común es pensar que por estar desenfocado, el primer plano no importa. Si el objeto es una mano y tiene una postura forzada, aunque borrosa, se percibirá como algo extraño que distrae de la composición general.
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