Thought3D irrumpe hoy en la escena de la impresión 3D con dos novedades que abordan un problema tan viejo como la primera capa: la adhesión al lecho. La compañía, conocida por su línea de productos Magigoo, presenta el Magigoo Glide Kit y Magigoo Supergrip, soluciones pensadas para granjas de impresión que funcionan a destajo y para usuarios que ya no se conforman con sujetar sus piezas a base de pegamento en barra o laca de peluquería. Quien observa el proceso desde fuera quizá no dé importancia a ese gesto de aplicar adhesivo, pero una mala distribución basta para arruinar horas de modelado en Blender y todo el afinado de soportes que se hace en PrusaSlicer.


Magigoo Glide Kit: rodillo que pinta precisión

El Glide Kit combina un depósito de 250 ml de Magigoo Original con un rodillo diseñado ex profeso para repartir la solución de forma uniforme. Thought3D prueba tapones, boquillas y gomas hasta dar con un aplicador que no gotea y se desliza con suavidad sobre placas PEI texturizadas o lisas. Con una sola recarga se logran más de mil doscientas aplicaciones en una cama de 235 × 235 mm, lo que reduce el gasto en adhesivo hasta un setenta por ciento frente a los clásicos sprays. Quien gestiona varias máquinas desde OctoPrint agradece ese ahorro de segundos y de limpieza entre impresiones.


Supergrip promete un agarre flexible sin dramas

El segundo lanzamiento, Supergrip, responde al auge de las planchas flexibles y recubiertas. Su fórmula, fruto de más de mil quinientas horas de ensayo sobre quince impresoras y doce superficies, asegura que materiales como PLA, PETG o TPU se aferren con firmeza a tan solo 45 grados y, aun así, se liberen con un simple gesto cuando la cama baja de temperatura. Cada aplicación rinde para varias impresiones y se limpia con agua; si alguien es fan del alcohol isopropílico, también sirve. El resultado es menos raspaduras y una vida más larga para esa lámina magnética que todos miman como si fuera un Shogun de BuildTak.

Flujo de trabajo pensado para grandes ligas

En talleres profesionales, el operador controla veinte máquinas a la vez, revisa G-codes en Repetier-Host y ajusta retracciones en Simplify3D. Para esta rutina, los ingenieros de Thought3D afinan el envase, testean el rodillo en placas calefactadas a 110 °C y validan la química de Supergrip con perfiles de Cura Enterprise. El resultado es una primera capa que se posa sin burbujas, una liberación que no deja fantasmas de adhesivo y una placa lista para seguir fabricando soportes de luminarias o carcasas de drones sin necesidad de lijar.


Disponibilidad y datos

Ambos productos ya figuran en la tienda online de Thought3D y en distribuidores habituales. En Magigoo.com hay fichas técnicas, vídeos paso a paso y el correo para todo aquel que quiera revenderlos o presumir de granja en foro3d.com. Para rematar, Edward Borg suelta una ironía que resume el espíritu del lanzamiento: Si tu pieza se despega ahora, quizá sea porque imprimiste la excusa en lugar del modelo. Y mientras todos ríen, la próxima tanda de impresiones ya está calentándose en la cama.