En el mundo de la computación, existe algo llamado qubits, que son como los bits tradicionales pero con superpoderes cuánticos. Lo curioso es que en los últimos tiempos se ha visto un aumento sorprendente en la cantidad de estos qubits que pueden estar enredados, es decir, conectados de manera especial para trabajar juntos. Este fenómeno recuerda a la famosa ley de Moore, que hablaba del crecimiento de la potencia de los chips normales. Aquí, parece que los qubits están siguiendo una versión cuántica de esa ley, y el ritmo de crecimiento es tan rápido que casi da vértigo.

¿Qué es la ley de Moore?

La ley de Moore fue una predicción hecha por un señor llamado Gordon Moore allá por 1965. Él dijo que la potencia de los chips de computadora se doblaría cada cierto tiempo, primero cada año y luego cada dos años, aunque con algunos tropiezos en la fabricación. Básicamente, los chips se volvían más rápidos y poderosos sin parar, como si tuvieran una fuente mágica de energía. Esta ley se convirtió en la regla no escrita que guió el desarrollo de la tecnología durante décadas.


De chips a qubits: la nueva carrera

Ahora que la computación cuántica está en marcha, el enfoque ha cambiado un poco. En lugar de solo aumentar la velocidad o el tamaño del chip, la meta es enredar más y más qubits. Esto no es tan sencillo como suena; imagina intentar que un grupo de gatos haga lo mismo al mismo tiempo, pero con reglas que desafían la lógica tradicional. Lo impresionante es que el número de qubits enredados se ha casi duplicado en el último año, y la velocidad de este progreso es lo que algunos llaman la ley de Moore cuántica. Un dato que hace que los científicos se froten las manos.

Un vistazo a la computación del futuro

Este avance tiene implicaciones enormes, aunque para muchos pueda sonar a ciencia ficción. Con más qubits trabajando juntos, las computadoras cuánticas podrían resolver problemas que ni siquiera las supercomputadoras actuales se atreven a tocar. Pero ojo, esto no significa que mañana tengamos una computadora cuántica en casa para hacer la compra o jugar al solitario. Todavía queda un largo camino, con desafíos técnicos y teóricos que hay que superar.


Resumen rápido con un toque de humor

La computación tradicional mejoró gracias a la ley de Moore, que doblaba la potencia cada cierto tiempo.

Ahora, en la computación cuántica, algo parecido está pasando con los qubits enredados.

Este fenómeno parece seguir una ley de Moore pero en versión cuántica, acelerada y con más misterio.

Los qubits son difíciles de controlar, como gatos hiperactivos con superpoderes.

El futuro promete máquinas que resolverán problemas que ni siquiera imaginamos, aunque todavía no están listas para el salón de casa.

En definitiva, el mundo de la tecnología sigue dando vueltas y vueltas, y a veces parece que los qubits son los nuevos rockstars de la informática, con más seguidores cada día y un ritmo de crecimiento que da vértigo.