Patitos impresos en 3D para pescar
En algún rincón de Texas, un hombre llamado Goya Lin ha decidido que pescar bass no tiene por qué ser aburrido ni estándar. ¿Su arma secreta? Un grupo de patitos impresos en 3D que, en lugar de piar, nadan como profesionales y terminan en la boca del primer bass curioso que se cruce. No se trata de una nueva serie animada, sino de un proyecto muy real que ha combinado ingeniería, tiempo libre y mucha paciencia (más de 500 lanzamientos, para ser exactos).
Del teclado al anzuelo
Todo empezó en 2020, cuando Lin, como muchos otros en pandemia, decidió que era buen momento para trastear con impresoras 3D. Lo que comenzó con pequeños cachivaches pronto se convirtió en una obsesión por fabricar señuelos. Intentó con moldes de aluminio reciclando plásticos, pero el presupuesto decidió por él, imprimir directamente era más barato... y menos explosivo. ¿Por qué comprar cebos como todo el mundo si puedo hacer mis propios patitos?, pensó Lin, canalizando su espíritu de pescador-ingeniero-filósofo.
La epifanía del kayakista
La idea de usar patitos como señuelos no vino de un laboratorio, sino de un paseo en kayak. Mientras remaba, Lin vio a una fila de patitos siguiendo a su madre y, como todo buen pescador con hambre creativa, pensó: Eso debe parecer un bufé flotante para un bass. Así nació el diseño: varios patitos unidos, con patas móviles que simulan nado sincronizado. Prácticamente una coreografía de ballet, pero para peces.
Patitos con sonajero incluido
El proceso no fue tan adorable como los patitos. Lin tuvo que lidiar con problemas técnicos como la flotabilidad (añadir bolitas metálicas para que hagan ruido también hace que los patos naden como ladrillos). Pero perseveró. Documentó cada paso en su canal de YouTube, Yauck Outdoors, que es mitad cuaderno de bitácora y mitad guía para futuros fabricantes de señuelos con acceso a una impresora 3D y una gran dosis de optimismo.
La inspiración tiene plumas
Lin no se adjudica la idea como totalmente original. Menciona que ya existían señuelos con forma de pato, como los premiados de Savage Gear en 2016. Pero como buen filósofo con caña, dice: La naturaleza es la verdadera inventora, nosotros sólo copiamos. Eso sí, el toque 3D es su firma personal. Y como quien no quiere pintar más patos a mano, ahora sueña con dominar la impresión en múltiples colores.
Una impresora, muchas posibilidades
Aunque muchos ven en la impresión 3D un monstruo tecnológico, Lin los anima a dar el primer paso. El truco está en empezar, aunque sea con algo feo. Luego se mejora. Y por si hace falta un empujón, su canal también incluye tutoriales para fabricar señuelos desde cero. Lo cual puede parecer una idea rara... hasta que ves a un pez morder un patito de plástico y entiendes que el mundo es un lugar más extraño y divertido de lo que pensabas.
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