Fighting Collection 2
Dicen que el caos puede ser bello si está bien empacado, y eso parece ser justo lo que ha hecho Capcom con su Fighting Collection 2. No se trata simplemente de una caja de juegos viejos revueltos, es más bien una reunión de viejos conocidos, de esos que uno se encuentra después de años y siguen sabiendo cómo lanzar una patada giratoria sin pedir permiso. Ocho juegos que mezclan 2D, 3D, y alguna que otra sorpresa, como si alguien hubiera metido en una coctelera puñetazos, nostalgia y colores chillones… y decidió servirlo todo con un borde de CRT.
No es solo nostalgia, es diseño con guantes de boxeo
La tentación de ver esta colección como un simple homenaje al pasado es fuerte, pero aquí hay más. Capcom no solo desempolvó los archivos, sino que afinó sus píxeles como si fueran violines. La colección no se limita a decir te acuerdas de esto, ¿verdad?; también grita mira qué bien envejecí, chaval. Juegos como Street Fighter Alpha 3 y Capcom vs SNK siguen mostrando músculo en cada animación, mientras que otros, como Huazer (sí, el dinosaurio con puños de pollo), nos recuerdan que no todo arte tiene que ser solemne para ser brillante.
Un museo con golpes y recuerdos
La colección incluye un modo Museo donde uno puede quedarse atrapado más tiempo del que planeaba, como en esas visitas donde prometes ver solo una sala pero acabas comiendo en la cafetería del lugar. Aquí hay arte conceptual, hojas de sprites, y hasta más de 400 pistas musicales remasterizadas. A veces parece más un álbum de recuerdos de los años noventa que un recopilatorio de peleas, solo que este álbum viene con hadokens.
No todo lo que brilla da combos perfectos
No todas las joyas del cofre brillan igual. Capcom Fighting Evolution y Plasma Sword están ahí más como relleno que como plato principal. Son como esos primos lejanos que llegan a la fiesta sin haber sido invitados, pero igual se quedan a comer. Aun así, el resto compensa. El Power Stone, por ejemplo, sigue siendo un caos alegre que parece sacado de un sábado por la mañana con cereales y dibujos animados.
Animación que enseña sin necesidad de hablar
Más allá de los botones y combos, lo que de verdad deslumbra es la animación. Cada movimiento está lleno de intención: anticipación, exageración, peso... todo lo que haría feliz a cualquier profesor de animación tradicional. Ver cómo un personaje se prepara para lanzar un golpe es casi tan satisfactorio como lanzarlo. Si uno mira con atención, puede aprender más de timing viendo estas peleas que en muchos cursos online.
Y ahora, con internet y botones fáciles
Por si fuera poco, Capcom metió algunas comodidades modernas. El modo en línea funciona con rollback netcode –una forma elegante de decir que las peleas se ven bien incluso si tu Wi-Fi no lo está– y se incluyen opciones para que hasta quien solo aprieta botones al azar pueda hacer un súper combo y parecer profesional durante al menos tres segundos.
En resumen: una carta de amor con puñetazos incluidos
Capcom Fighting Collection 2 no intenta reinventar nada. Es una fiesta de aniversario donde todos vienen con sus mejores trajes (aunque algunos traigan hombreras de los 2000). No hay modos historia largos ni cinemáticas lacrimógenas. Aquí se viene a pelear, admirar colores vivos, y a recordar que alguna vez un dinosaurio gigante podía ganar una pelea a base de ataques con alas de pollo.
Lista rápida de razones para jugar o al menos mirar curioso:
El regreso de clásicos como Power Stone y Street Fighter Alpha 3
Arte conceptual y música como para perder una tarde
Opciones modernas sin traicionar lo retro
Más estilos de pelea que en una reunión familiar
Y si alguien pregunta qué se siente al jugarlo, la respuesta es simple, es como abrir un álbum de cromos, pero en lugar de pegar figuras, las haces volar de una patada.
|Agradecer cuando alguien te ayuda es de ser agradecido|