Goliath | Desglose VFX por Pixomondo
La última temporada de Goliath sorprendió con un giro estilístico más audaz y visualmente arriesgado. Lejos del tono realista de las temporadas anteriores, la cuarta entrega se adentra en lo surreal, con atmósferas opresivas y efectos visuales más presentes. Pixomondo fue el estudio responsable de dar forma a este nuevo enfoque, aportando efectos digitales que refuerzan el tono psicológico y distorsionado de la historia.
Entornos distorsionados y realismo alterado
Pixomondo desarrolló una serie de entornos parcialmente digitales donde la arquitectura parece cerrarse sobre los personajes. Se emplearon técnicas de proyección y modelado para modificar espacios reales, como pasillos y oficinas, haciéndolos parecer más estrechos, inclinados o amenazantes. Estas alteraciones sutiles, combinadas con correcciones de lente y composición en Nuke, dan la sensación de que el entorno responde al estado mental del protagonista.
Transiciones oníricas y efectos de percepción
Uno de los aspectos visuales más distintivos de la temporada son las transiciones que rompen la lógica narrativa, como fondos que se disuelven, personajes que aparecen en lugares inesperados o distorsiones de tiempo y espacio. Estos efectos fueron realizados en su mayoría mediante composición avanzada, deformaciones en tiempo real y uso de partículas y niebla para suavizar los cortes. La idea era crear una narrativa fragmentada y casi alucinada.
Iluminación digital y estética noir contemporánea
La iluminación juega un papel clave en esta temporada. Pixomondo usó extensiones digitales de luz, reflejos falsos y ajustes atmosféricos para acentuar el tono noir moderno. Se añadieron sombras dinámicas, reflejos urbanos y neones digitales que refuerzan la sensación de paranoia. Muchos entornos fueron reconstruidos parcialmente en CG para poder controlar completamente la luz y el color en composición.
El trabajo de Pixomondo en Goliath – Temporada 4 muestra cómo los efectos visuales pueden convertirse en una herramienta narrativa, no solo estética. La integración sutil y simbólica de los VFX aporta capas psicológicas que elevan el drama. Para artistas, es una excelente referencia de composición expresiva, distorsión de entornos y narrativa visual fragmentada.
Una de las pruebas de distorsión de lente acabó convirtiendo la cabeza del protagonista en una patata gigante durante un par de frames. ¡Una paranoia visual no tan metafórica!
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